Crónica de una Lucha (La Paz)

Eran las 8 de la noche y salí de trabajar como todos los días, con una taquicardia que me estuvo llamando la atención todo el día, el nervio, la emoción de pisar el ring del corona por primera vez. Al llegar, equipado con la máscara que oculta mi verdadera identidad, saludé a algunos niños que se arremolinaban en las afueras del Deportivo Corona, les regalé posters y solicité al encargado de puerta que me dejara entrar. Ingresé al recinto y saludé al promotor, a varios amigos, los niños me miraban asombrados y entre sí se preguntaban "y este wey quién es?"... era la primera vez que ingresaba en ese plan al Deportivo, y tenía el corazón henchido de orgullo, el nervio a flor de piel, de poder al fin, después de un año de ardua preparación, subir a ese mágico espacio donde tendría que hipnotizar al respetable para darle una función que valiera la pena.

Ingresé a los vestidores tras regalar más posters, saludar a más amigos y dejar que los niños, equipados con celulares con cámaras, cámaras digitales de lo más avanzado y cámaras de video filmaran mi ahora sí, nerviosa humanidad. Incluso al escribir estas líneas recuerdo el nervio y mi corazón comienza a generar movimientos trepidatorios en su estrecha cavidad.

Me dirigí al vestidor asignado, un cuarto equipado con un poderoso foco de 60W una banca de concreto y me puse a cambiarme, hice mi lista, rodilleras, mallas, butarga, calzón, brazaletes, máscara. Me puse a rezar para ponerme al resguardo de Dios y mi ángel de la guardia. Los doctores de la comisión se acercaron y me midieron la presión sanguínea y el pulso -Andas nervioso- me dice el amable doctor -Claro que sí, debuto esta noche-, le respondí... -Cálmate, te va a ir bien- me replicó. Mis compañeros apoyándome con frases, con abrazos, Tormenta Negra me amarró la máscara, más frases de apoyo, escuchando el sonido dando las llamadas... primera... los anuncios de la cartelera, escuchar mi nombre de batalla en el sonido.... segunda llamada... el corazón a todo lo que daba, calentaba mis tobillos, me dieron unas ganas fuertes de orinar y me dirigí al improvisado baño para desahogar esa prisa..... todo listo, la coordinadora entró y llamó al rudo... música, abucheos, el ecocidio estaba en el ring....