viernes, 22 de enero de 2010

¡El Tigrito Marino!



Su corazón late a 170 latidos por minuto, y apenas mide 44 mm pero este amoroso ser vive en el interior de su madre, mi esposa, y esta será una de las pocas fotos que habrá de él en Internet.

El casarme con su mami redefinió mi vida, y por eso he estado alejado de los rings. Claro es que uno extraña el aplauso del respetable sobre todo tras dar una excelente pelea -como las que sosteníamos el gran luchador Comandante Anticristo y su servidor-, pero créanme que gracias a mi esposa y a mi bebé soy el hombre más feliz del mundo y tengo una vida llena y plena de amor, amor y más amor.

Dios los bendiga. Por este bebé, seguiré Luchando por un Planeta cada vez mejor.

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