Viendo hacia adelante.

Tener la oportunidad de subir al ring, es una emoción muy importante, una responsabilidad muy grande pero sobre todo tal vez es lo mejor que me halla sucedido en la vida. El estar parado en ese mágico lugar, considerado para mí un santuario donde solo los más valientes se atreven a subir, pesa sobre mis hombros pues es el mismo escenario donde propios y extraños se consagran en batallas que transportan al público a otra galaxia u otra dimensión, donde los niños gozan viviendo las aventuras y desventuras de los luchadores que admiren, ya sean rudos o técnicos, donde hombres comunes y corrientes se vuelven leyendas y viven detrás de una máscara, de una personalidad, de una gran ilusión.

La Lucha Libre es y será un deporte donde la preparación física no lo es todo, pues interviene la estrategia y sobre todo el corazón que tienen que poner los estetas para que la transportación sea completa.

Chequen nomás el nuevo dibujo que mi gran amigo Omar Rodríguez ha hecho con el tema del Tigre Marino. Omar es un artista digital que actualmente estudia diseño en la Universidad Mundial de La Paz y ha realizado esta y otras obras que incorporan a su seguro gladiador.